jueves, 14 de julio de 2011

RE: El porqué de los anónimos

PERO NO TERMINA AHÍ

Abajo está el porqué de los anónimos (Sra. Sonia Lezama), para poder denunciar esto

¿Qué hacen algunos sindicatos como AEBU, que los propios representantes gremiales son los que acosan, o acaso uds, no saben de los casos presentados?

En el BSE, en la CSM concretamente, donde 4 funcionarias manifiestan incomodidades y situaciones incómodas por el manejo y lenguaje utilizado por una 5a. funcionaria, que según dijeron, tiene parientes en común con la gerente de RRHH de la CSM. Por ejemplo, hay una situación muy

Después de haber dado por finalizada una investigación administrativa, no encontraron "pruebas" suficientes (nos las quisieron ver) y la cerraron, resolviendo dejar todo en anécdota.

Pues no, tuvieron que reabrir la investigación administrativa y usar todas las pruebas, y finalmente ameritó instruir un sumario.

De las cúpulas del BSE, DE LA SECRETARÍA GENERAL LETRADA Dr. Washington Germano, el propio asesor, dijo que instruirle un sumario a esta funcionaria tenía un costo.

ERA LA APLICACIÓN DE UNA SANCIÓN DISCIPLINARIA A LAS 4 QUE SE QUEJARON, DENUNCIARON, MANIFESTARON SU VERGÜENZA AJENA DE CÓMO LAS TRATABA A ELLAS E INMEDIATOS SUPERIORES DELANTE DE ELLAS, CON UN LENGUAJE SOEZ Y A LOS PROPIOS TÉCNICOS.

PRENSA URUGUAY

PIT­CNT. LA CENTRAL OBRERA ANALIZA CON PREOCUPACIÓN UN PROBLEMA QUE SE EXTIENDE EN URUGUAY.-

El acoso laboral crece a nivel del sector público.

¿Cómo lograr la renuncia de un empleado o un funcionario del Estado?

La respuesta: el "mobbing".

Esa es la denominación técnica del acoso laboral, que se está extendiendo cada vez más, según la central de trabajadores de Uruguay.

César Barrios

El acoso laboral está creciendo, principalmente en el sector público, de acuerdo a las denuncias que recibe mensualmente el PIT­ CNT. El tema se está agravando día a día, dijo a LA REPÚBLICA el coordinador de la Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente de la central sindical, Walter Miglionico.

Por mes se están recibiendo decenas de denuncias de empleados privados y funcionarios públicos, que estiman sufrir el acoso moral en su trabajo, ya sea por parte de compañeros o superiores.

Según una reciente sentencia del Tribunal de Apelaciones del Trabajo de 2º Turno, por "mobbing" o acoso en el lugar de trabajo hay que entender "cualquier manifestación de una conducta abusiva y especialmente de comportamientos, palabras, actos, gestos y escritos que pueden atentar contra la personalidad, la dignidad o la integridad física de un individuo o que puedan poner en peligro su empleo o degradar el clima de trabajo".

El "mobbing" puede producir en la víctima depresión, trastornos de ansiedad, insomnio y hasta el suicidio.

Cuando un jerarca de una empresa o un compañero de trabajo acosa laboralmente al trabajador, su objetivo "es la denigración laboral, que busca provocar la autoeliminación del trabajador, con abandono del trabajo o en su defecto la baja médica".

Para la Justicia uruguaya "en el caso del 'mobbing' el trabajador es afectado en sus condiciones normales de vida, lo cual le provoca un daño específico que no es resarcido con el pago de los rubros laborales y que debe ser indemnizado en forma autónoma".

Muchos trabajadores que renuncian o son despedidos han iniciado acciones judiciales, ya que buscan una reparación económica porque sostienen que se han visto afectados en su salud por el acoso laboral.

Migliónico dijo que el equipo conformado en el PIT­CNT para la salud laboral atiende con un equipo multidisciplinario, compuesto por abogados y psicólogos, los casos que le llegan a diario por este tipo de acoso.

"Cada vez hay más denuncias, pero a veces todo es muy difícil de probar, por la escasa jurisprudencia existente o por las relaciones laborales en sí mismas", sostuvo el dirigente sindical.

Cuando se lo consulta de dónde proviene la mayor cantidad de denuncias, no duda en contestar: "Son desde el ámbito público". Y la explicación a su entender es simple: en el sector privado, cuando no se quiere a un empleado generalmente se lo despide, pero el despido no ocurre en el sector público, a no ser que haya una causal suficientemente grave.

De este modo, cuando no se quiere a un funcionario comienza una serie de acciones contra él, que van desde constantes recriminaciones sobre su trabajo, un seguimiento continúo a su accionar o sencillamente no darle ninguna tarea para hacer. El objetivo es que el funcionario renuncie, dijo Migliónico.

Este tipo de hechos se está registrando en la administración central, aunque también se constata en algunas empresas públicas.

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Cómo es que la Sra. Narducci, que es técnico prevencionista y vinculada del Sr. Migliónico, o sea que los dos son técnicos, comenta en una entrevista, que es difícil establecer el límite de las afecciones mentales, a pesar de que las mismas como está bien relatado arriba van en claro aumento. Si ella no es médico siquiatra, ¿porqué no lo consultó con la cátedra?

Porque ignora a esos profesionales en el tema.

Y por suerte en el Uruguay nos quedan de esos y de verdad. Por momentos me parece una falta de respeto hacia los profesionales al ignorarlos. En la equipo multidisciplinario, no leo ninguna mención de médicos siquiatras. Ellos las tienen clarísima, cuando se encuentran frente a una depresión reactiva a un acoso laboral y sus características perfectamente estereotipadas.

¿Cual es el límite para todo esto?

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